Mi hora

domingo, 20 de febrero de 2011

Autorretrato in Game Over


Autorretratar nuestros sentidos es experimentar lo más enigmático de lo que nos encapsula, esta ocasión me dispuse a ir al fondo de mi ser aquello que me atemoriza pero que me tiene entre sus redes aquellas cosas que suelen ser excesos como lo expresa la manera en que esta guitarra interpreta mi forma espiritual esos sonidos que sitúan mi forma  humana y interpretan la textura de mi piel la riqueza que tiene mi aspecto amorfo que me fascina,  dentro de ella se encuentra encerrado el esfumino de el humo de un cigarro consumido, aquel que interpreta la efímera esencia  de lo que perfuma mis sentidos, aquel siniestro me enferma las entrañas, pero que al mismo tiempo me invade con la belleza de lápices de grafito
La parte trasera de este instrumento muestra lo que mi alma esconde el exceso por  degustar un vino ese hermoso sabor que aromatiza mis emociones y las traslada tras el sabor de mi efímera existencia pero que afecta mis sentidos al plasmar con delicadeza sobre la belleza del papel algodón, solo aprecio como las lagrimas que mi pincel reproduce al bañarse en un pantano de acuarelas lo doman de color
Aun cuando analizo mis sentidos me doy cuenta que la vida es la comparación perfecta de lo que expresa un videojuego, todo aquel que igual tiene un final y algún día debe terminar nuestras emociones,
Pero aun más me encierra en una duda misteriosa, un reto a expresar mi rostro solo se pregunta y busca de la existencia de un dios  mirando y apuntando hacia el cielo  pero quien es dios donde esta o de que  trata ese juego, que la misma guitarra hace semejanza a ello dando una incógnita de si en realidad dios existe o solo es juego que debemos jugar para algún día terminar es por ello que existe un control de mis emociones, pero siempre existe la duda cuando va a llegar al game over.

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